¿Son los Smartphones de alta gama en android realmente necesarios para su uso cotidiano?

     Motorola Moto G 16Gb (199 Euros).

LG, Samsung, HTC, Sony, Huawei... cientos son las marcas que año tras año luchan por hacerse con el primer puesto de ventas en el panorama mundial de smartphones en el mundo de android con teléfonos de alta gama que cada día se acercan más a los ordenadores personales. ¿ Es realmente necesaria tal potencia en nuestros teléfonos?. Pues probablemente lo sea para ciertas aplicaciones mal optimizadas que necesitan de un hardware a la altura para correr con total fluidez. Y es que es más que sabido que otros sistemas operativos como IOS o Windows Phone son capaces de mover su sistema con una fluidez más que envidiable con una potencia bastante menor a la requerida por android. Por ello nos salta la duda de ¿por qué compramos terminales de alta gama en android cuando otros sistemas operativos ofrecen una experiencia de usuario igual o incluso mejor a un precio bastante más contenido?. Sinceramente ésta respuesta es sencilla. Cuanto más tenemos, más necesitamos.
      

El  Moto G de la empresa estadounidense Motorola, fué lanzado en diciembre del pasado año a un precio de 199 euros ( su versión de 16Gb), con unas especificaciones técnicas dignas de un terminal de gama media-alta. En teoría éste terminal se sitúa como "suficiente" para el 80% de los usuarios finales que usarán su terminal para realizar conversaciones por aplicaciones de mensajería instantánea, revisar su correo, revisar las notificaciones de redes sociales, realizar fotografías para compartir en éstas redes y poco más. Por ello se antoja innecesario comprar un terminal con un procesador puntero en el mercado, con una cámara excelente, etcétera. Pero claro, la decisión la toma el consumidor al fin y al cabo que es el que se deja llevar por las necesidades que ,como opinión personal, les impone las empresas que ofertan sus teléfonos, haciéndoles gastar 600 o 700 euros cuando perfectamente puedes tener un terminal de 200 euros con un rendimiento más que satisfactorio.

Una vez más la empresa se aprovecha del consumidor final creando una necesidad que realmente es innecesaria para poder sacar el máximo beneficio posible de sus ventas.